Se usa para decir que alguien se pone a reclamar con todo, a puro grito y show, como si le hubieran arruinado la vida. Es quejarse de forma exagerada, dramática y sin parar, dejando claro que está indignado con el mundo entero. Y hay que admitir que cuando alguien raja la ponchera, el espectáculo está asegurado.

"El profe puso una prueba sorpresa un lunes a primera hora y todo el curso rajó la ponchera en el pasillo, alegando que era terrorismo psicológico estudiantil."

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