Se usa para marcar que alguien tiene un descaro tremendo, una cara dura importante o una audacia que ya roza lo increíble. Puede ser en plan gracioso o para quejarse cuando alguien se pasa de vivo. Es como decir que la persona tiene un tupé tan grande que casi necesita código postal propio, y la verdad es que a veces hasta hace gracia.
"¿Vos viste a la tía Marta? Cayó tarde, sin traer ni una ensalada, se sirvió el mejor pedazo de asado y encima dijo que estaba seco, ¡qué tupé tiene la doña!"