Se usa en Piura cuando pasa algo bien salado, una desgracia chiquita pero que fastidia montón. Es como decir qué mala suerte o qué mala racha, cuando todo se te voltea sin aviso. Suena medio gracioso, pero por dentro estás renegando fuerte. Ideal para cuando la vida te trolea de la forma más absurda.
"Me alisté todo pintón para la fiesta, pedí taxi, llegué a la puerta y me dicen que se canceló hace una hora... ¡Qué piñaza, mano, ya fue mi sábado!"