En Moquegua se suelta cuando algo es tan aburrido que te dan ganas de mirar la pared antes que seguir ahí. Sirve para rajar de una conversación, una peli lenta o un plan sin chispa. Es como decir que la cosa está más muerta que ceviche de ayer, y la verdad es que suena bien sabroso para quejarse.
"Fuimos a la charla del profe sobre tributación minera, y el pata se tiró tres horas leyendo diapositivas. Todos cabeceando de sueño, ¡qué charro!"