Se usa cuando algo te tumba el ánimo de una, tipo decepción, fastidio o tristeza repentina porque la vaina salió mal. Es ese momento en que todo pintaba bien y de repente se va al piso. Muy de Aragua y de Venezuela en general, y hay que admitir que suena sabroso para quejarse sin hacer tanto drama.
"Tenía todo listo para ir a la playa y justo empezó a diluviar, se fue la luz y hasta se dañó la nevera... qué bajón, chamo, este día nació salado."