Se usa cuando alguien come o bebe muchísimo, hasta quedar reventado y con la tripa a punto de explotar. Es como decir que te has pasado tres pueblos con la comida o la bebida. Muy típica después de una buena paella del domingo, aunque vale igual para tapeo, almuerzos largos o cenas que se van de madre.

"Entre la paella, el all i pebre y los buñuelos de calabaza, me puse hasta las trancas y acabé tirado en el sofá sin poder ni rascarme"

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