Se dice cuando alguien se pone altanero, bravucón o muy desafiante de la nada, como si de repente le salieran plumas y espolones. En Querétaro se usa para el típico que se quiere ver muy valiente frente a otros, aunque por dentro ande temblando. Y la neta, a veces da más risa que miedo.
"No manches, el Toño se puso bien gallo con los polis afuera del antro y al final acabó pidiéndoles perdón y ofreciendo para las tortas."