Se usa cuando alguien se llena de energía y decisión, y se pone a hacer las cosas con toda la verraquera, sin flojera ni excusas. Es como si le hubieran metido turbo nariñense al cuerpo y se enfocara a lo que va. A veces hasta asusta, porque uno parece máquina y no persona, pero toca aprovechar el impulso.
"Oiga, esta semana me puse berraquísimo y arreglé toda la casa, lavé ropa, pinté la sala y hasta el perro quedó peinado, mi mamá pensó que me habían cambiado por un doble más juicioso."