En Nicaragua decir que alguien está planchado es que quedó totalmente sorprendido, como en shock, sin saber ni qué cara poner. Es ese momento en que la realidad te pega un sopapo y te deja quieto, procesando. No es literal de plancha y ropa, claro, pero sí que te deja bien aplastado por la sorpresa, y tiene su gracia.
"Cuando le dijeron que había pasado el examen sin estudiar ni papa, el maje se quedó planchado, con la boca abierta y sin saber si reír o salir corriendo a la iglesia a dar gracias."