En Puerto Rico se usa para describir a alguien que se cree la última Coca-Cola del desierto, más interesante, guapo o importante de lo que en verdad es. Es como un picao de humildad con flow, que camina inflado y se luce de más. A veces da risa, a veces da crinch, pero la palabra tiene su sabrosura.
"Mira a Carlos llegando al jangueo con gafas oscuras de noche y pose de artista internacional, bien picúo y todavía vive con la mai en el cuarto chiquito."