Se usa cuando alguien se descontrola fuerte, se enfada de golpe o actúa como si se le hubiera ido la cabeza. Puede ser por rabia, por celos, por nervios o porque ya no aguanta más la situación. Es como decir que a la persona se le cruzan los cables y deja de pensar con calma, y la verdad es que a veces pasa mucho.
"Mi ñaño estaba tranqui jugando fútbol y el árbitro le anuló el gol del triunfo, ahí mismo perdió la chaveta, botó la camiseta al piso y casi arma bronca con todo el equipo rival"