Expresión sureña para decir que te quedaste dormido de golpe en cualquier parte por puro cansancio, como si el cuerpo se apagara solo. Es ese sueño traicionero que te agarra en la micro, en el pasto o en el sillón después de un día largo. Y la verdad, cuando te pegas un sapo rico, cuesta hasta enojarse.
"Venía tan reventado del turno en la salmonera que me pegué un sapo en la banca de la plaza y desperté todo chasconeado con los cabros muertos de la risa."