En los Llanos, sobre todo por Meta, se dice cuando alguien se mete una jornada brava de trabajo, como darle duro a la pala sin parar. Por extensión vale para estudiar, escribir o hacer cualquier cosa a lo bestia, de corrido y sin descanso. Suena a sudor y terquedad, y por eso engancha.
"Parce, ayer me pegué la paleada con el informe y quedé vuelto nada, pero lo entregué antes de que el profe se emberracara."