Se usa cuando alguien espera algo imposible, exagerado o totalmente fuera de lugar, como pretender que en pleno calor falconiano haya brisita fresca todo el día. Es la versión criolla de pedirle peras al olmo, pero con horno, porque aquí todo anda recalentado. Y hay que admitir que la imagen es tan absurda que da risa.

"¿Tú de verdad crees que con ese solazo se va a ir la luz y va a volver en cinco minutos? Eso es pedirle peras al horno, mijo, aterriza."

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