En Perú se usa para hablar de alguien súper terco, bien porfiado, que no cambia de opinión ni a balazos. Es esa persona que se queda clavada en su idea aunque le muestres pruebas, videos, testigos y hasta un PowerPoint. Básicamente, es más duro de convencer que un poste de luz, pero a veces hasta hace gracia de lo exagerado que es.
"Hermano, ya deja a la flaca tranquila, si te dijo que no quiere nada es no, no seas pata de martillo que pareces clavo oxidado pegado a la pared."