Expresión muy de Risaralda para decir que alguien se quedó dormido profundo, de esos sueños que ni un bus frenando en seco lo despierta. Se usa mucho después de un buen almuerzo, un sancocho poderoso o un viaje largo. Es como rendirse al sueño sin pelear, y la verdad es que tiene su encanto cuando no hay afán.

"Parce, ese almuerzo donde mi tía quedó muy brutal, me tiré a la hamaca a hacer pereza y terminé pasando la fonseca hasta que ya estaba anocheciendo."

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