Se usa cuando alguien desaparece de un lugar sin avisar, como si hubiera soltado amarras y se hubiera ido mar adentro sin mirar atrás. Es muy de zona costera, con ese sabor a puerto y chisme de caleta. Sirve tanto para el que se va de la fiesta como para el que se esfuma de la vida social, bien fantasma.
"Oye, ¿y el Nacho? Llegó, se tomó una chela, saludó a dos personas y después ni luces, parece que cortó el cabo y nos dejó tirados con la parrilla prendida."