En Chiapas se usa para hablar de un regaño largo, intenso y bien puesto, casi como un sermón de esos que te dejan pensando en todas tus decisiones de vida. Suele venir de la mamá, el papá o algún adulto con autoridad, y normalmente te agarra en curva. No es solo un jalón de orejas, es regaño con discurso incluido.
"Me fui a la fiesta sin avisar y regresé bien campante a las tres de la mañana, y mi jefa me recibió con tremendo papachongo que hasta el perro se fue a esconder debajo de la mesa"