Expresión muy usada en Boyacá para cuando a alguien le toca asumir las consecuencias de un problema, travesura o cagada, haya sido o no totalmente su culpa. Es como decir que le toca responder por el daño, poner la cara y sacar la billetera. A veces es injusto, pero así es la vida, siempre hay un pobre que paga el plato roto.

"El profe pilló el salón hecho un desastre y como yo era el único que no salió corriendo, me tocó pagar el plato roto y quedarme barriendo todo el mugrero."

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