Expresión muy costeña que se usa cuando alguien está echando cuento de más, adornando la historia o metiéndole novela a lo que pasó. Es como decirle con cariño que deje de exagerar y aterrice, porque ya nadie se está creyendo el show. Suena juguetona, pero también es una forma fina de bajarle los humos al cuentero.
"Ay ve, mijo, deje tanta habladera que ya lo quiero es oír bajar con la parte donde usted supuestamente salvó la fiesta sin luz y sin plata."