Se usa para contestar cuando alguien dice algo tan obvio que casi da risa. Es como decir claro que sí o ya lo sabía, pero con tono irónico y un poco burlón. El doble oigo remarca que la cosa canta a leguas. Es muy de plática entre cuates cuando se están tirando carrilla con cariño.
"—¿Supiste que el calor va a estar fuerte hoy? —Oigo, oigo, si ya hasta el pavimento de Mérida anda pidiendo aire acondicionado, mano"