Se usa cuando algo se ve feo, sin futuro y con cero probabilidades de salir bien, como cuando juegas el chance y sabes que casi nunca pega. Es una forma muy venezolana de decir que la cosa está complicada, oscura y que si se arregla será casi por milagro. Y la verdad, tiene su toque dramático sabroso.
"Pana, con esos números rojos en la cuenta, el fin de mes viene negro como el chance, ni vendiendo las empanadas a millón salimos de esta."