Se usa para decir que alguien tiene una mala racha eterna, como si hubiera venido al mundo con la suerte cambiada. Todo le sale al revés, se le dañan las cosas, pierde oportunidades y siempre le pasa lo peor. Es medio cruel, pero también se dice con cariño, como resignados a que el pana es salado de fábrica.
"Ese man sí que nació sin sal, ñaño: se le dañó el carro, perdió el celular en la Metrovía y cuando llegó al trabajo ya lo habían despedido por llegar tarde."