Se usa para hablar de alguien que se deja manejar sin chistar, que parece sin fuerza ni carácter, todo flojo, como un muñeco relleno de algodón que cualquiera agarra y mueve. También puede ser alguien que anda sin energía, apagado, como si lo hubieran exprimido. Es medio burla, medio regaño, pero a veces se dice con cariño burlón.
"Chamo, deja la vaina, no seas muñeco de trapo, que cada vez que esa jeva te llama sales corriendo y después andas llorando por los rincones."