Se dice cuando alguien exagera una situación sencilla y la convierte en un show lleno de drama, quejas y ruido. Es como si en vez de tomarse las cosas con calma se pusiera a organizar un espectáculo caótico con payasos, gritos y todo el pack. Vamos, que hace un numerito de campeonato sin venir mucho a cuento.
"Tía, te has quedado sin vino en la cena y ya estás llorando al camarero, llamando a tu ex y rajando del mundo, no montes un circo y pide otra botella, que tampoco se ha caído la bodega entera."