En Misiones se usa mitá para hablar de la mitad de algo, pero también como forma cariñosa o pícara de referirse a un niño, sobre todo cuando está haciendo lío. Viene del cruce con el guaraní y suena muy de barrio. Es de esas palabras que te salen solas cuando el gurí anda descontrolado, y hay que admitir que tiene mucha onda.
"Che, ese mitá no para un segundo, se trepó al árbol, le tiró piedras al techo del vecino y ahora encima no quiere bajar porque dice que es Tarzán misionero"