Expresión usada cuando alguien presume de haber hecho algo brutal, una hazaña que suena tan exagerada que casi nadie se la cree. Se usa mucho para contar anécdotas infladas, logros personales que uno adorna con picante o historias de fiesta que crecieron con cada trago. Es como decir que te luciste tanto que dejaste a todo el mundo loco, aunque sea medio cuento.
"Chamo, anoche metí un camión en la playa, terminé cantando gaitas en pleno agosto, me lancé al mar con la ropa puesta y todavía amanecí con energía pa’ seguir rumbeando"