Se usa para decir que alguien es muy peculiar, que se comporta de forma tan extraña que hasta desentona en un pueblo tranquilo como Otsagabia. La gracia está en que un fantasma allí sería lo más raro del mundo, casi de película cutre de sobremesa. Es una forma de vacilar con cariño, aunque también puede sonar un poco a burla.
"Tía, entre que hablas con las vacas del puerto y coleccionas piedras con cara de político, eres más raro que un fantasma en Otsagabia, de verdad."