En Santa Fe decir que te merendás a un bocón es dejarlo pagando delante de todos, cortarle la fanfarronería y bajarlo a tierra de una. Es como servirle una porción bien fría de realidad mientras él se creía el dueño de la cancha. Y hay que admitir que cuando pasa, el resto se aguanta la risa como puede.

"El flaco venía boqueando que jugaba como Messi y en el picado del barrio el pibe del fondo lo merendó mal, lo encaró dos veces, lo dejó sentado y todos en la vereda se cagaban de risa."

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