Se usa cuando algo está tan caro que parece chiste, como si lo hubieran traído de otro planeta. Es para exagerar que el precio es ridículo, imposible de pagar para un mortal promedio. Ideal para quejarse con humor cuando ves un número en la etiqueta y te agarra mini infarto económico.
"Loco, fui a preguntar cuánto salía la entrada VIP para el recital y casi me desmayo, está más caro que asado de unicornio, con eso lleno la heladera todo el mes."