Forma superlativa y bien jocosa de decir que algo está hecho con demasiada excelencia, con estilo fino y muy cuidado, típico del hablar de Lara. Se usa para resaltar que algo quedó exageradamente bien, elegante o sabroso. Es como decir que se pasaron de calidad, pero con cariño y un toquecito de orgullo regional, que siempre cae sabroso.
"Chamo, te quedó manerísima esa torta tres leches, la vecina se llevó tres pedazos y todavía anda relamiéndose los dedos por todo el barrio"