Se usa en Yaracuy para cuando alguien hace o suelta algo totalmente inesperado, con picardía y un toque de locura criolla. Puede ser una ocurrencia brillante, una jugada astuta o una payasada que deja a todo el mundo con la boca abierta. Es como decir que la persona se lució con una típica travesura yaracuyana, de esas que luego se cuentan por años.

"El profe iba a ponernos un examen sorpresa, pero Juan se mandó una yaracuyana, le llevó arepas recién hechas y terminamos todos viendo la final del béisbol en el salón."

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