En Cusco se usa para hablar de alguien que siempre está con la queja lista, medio llorón, medio pesado, pero igual le tienes cariño. Es como decir que la persona tiene un talento especial para encontrarle el pero a todo. No es un insulto brutal, más bien una puyita con humor, aunque a veces cansa un montón.

"Ya pues, no seas mañazo, siempre te quejas del clima, de la comida, del tráfico y hasta del perro del vecino, relájate un ratito."

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