Se usa en Yucatán para decir que alguien está salado, que siempre trae mala suerte o que es un auténtico gafe andante. Es como si la nube negra lo persiguiera a todos lados y contagiara la mala racha al resto. Es medio carrilla, medio advertencia, y la neta a veces sí da cosa invitar al malokín.
"No manches, desde que llegó el Chucho todo salió mal en la cascarita, hasta se ponchó el balón, te lo dije, ese vato es un malokín de primera."