En Sonora decir que traes malilla es como confesar que traes la conciencia picoteada, una mezcla de culpa y malestar por haber hecho una cochinada medio gacha. No es solo sentirse mal del estómago, también es el remordimiento dando lata. Y la neta, a veces la malilla pega más fuerte que el antojo que la causó.

"Ayer me chingué las tortas de la cena, dejé a todos viendo pa'l cerro y ahora traigo una malilla bien fea, ni el café se me antoja de la pena."

Estado de incomodidad o paranoia, típico después de una fiesta intensa, donde el cuerpo anda pidiendo clemencia y la mente más ternura.

"No puedo con esta malilla que traigo encima, prometo no volver a mezclar tequila con la salsa del taco."

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