En Canarias, una lorcha es esa cara de asco, cabreo o fastidio que se te escapa sin querer cuando algo te sienta como una patada. No hace falta decir nada: con la lorcha ya todo el mundo entiende que estás quemado, incómodo o que la situación te huele fatal. Y la verdad, a veces comunica más que mil discursos.
"Mi madre empezó con el sermón de que salga más de casa y deje el móvil, y yo con una lorcha tremenda mirando al techo como si estuviera viendo ovnis."