En Mendoza se le dice loli al bolígrafo, la birome de toda la vida. Es esa cosa que nunca aparece cuando tenés que anotar algo urgente, tipo quién pone la carne, quién trae el vino o cuánto deben los colgados del asado. Es una palabra tierna para un objeto que siempre se pierde, lo cual tiene su gracia.

"Che loco, ¿alguien vio mi loli? Tengo que anotar quién pone la carne, quién trae el fernet y quién viene de caradura sin poner un mango."

Tu cesta: 0,00 € (0 productos)
Imagen del producto

Tu Carrito de Magia

Tu carrito está vacío. ¡Adopta un Magikito!