Se usa para hablar del pana que nunca llega a la hora, que siempre cae tarde y con toda la calma del mundo. Viene de los barcos que dependen de la marea y nunca tienen una hora exacta. Es como decir que esa persona es un reloj dañado, pero con cariño y un poquito de chalequeo.
"Hermano, invita a Luis a las seis porque ese siempre llega como el barco y aparece a las siete y pico todo fresco, como si nada."