Expresión muy usada para decir que ya toca parar el trabajo para comer, echarse algo al estómago o descansar un ratico. Es como cuando el cuerpo se pone terco como una burra y no da más hasta que le das comida. Suena graciosa, pero en el fondo es una señal de auxilio del hambre.
"Chamo, tengo el estómago pegado a la espalda, vamos a llamar la burra y caerle a esas empanadas antes de que me desmaye en la oficina."