Se usa para hablar de alguien que sueña en grande pero sin nada de pies en la tierra, como queriendo alcanzar algo que está lejísimos de su realidad. Es como decir que está tirando a lo imposible, a lo inalcanzable, pero con un toque medio burlón y medio tierno, porque soñar chido no cuesta nada.
"El vato dice que va a comprar un depa en Dubái con el sueldo de becario, no manches, anda lamiendo el skyline bien sabroso."