Se usa en el llano para señalar al que vive pendiente del jefe, patrón o líder, haciéndole la rosca de forma descarada para ganar favores. Es como el típico lambón profesional que no se pierde una oportunidad de quedar bien. Suena fuerte, pero hay que admitir que describe perfecto a más de uno en cualquier oficina.
"Desde que ascendieron al gerente, Juan no se le despega, le ríe todos los chistes malos y hasta le carga el maletín, ese man sí es un lamer cacique de tiempo completo."