Se usa cuando alguien se la juega fuerte, asumiendo un riesgo gordo que le puede salir muy bien o muy mal. Es como apostarlo todo a una sola carta y cruzar los dedos para que no salga rana. Vamos, que cuando te juegas las habas no hay marcha atrás y luego no vale llorar.
"Mira al Javi, se ha jugado las habas dejando el curro fijo para montar un chiringuito en la playa, como le salga mal acaba otra vez en casa de sus padres."