Se usa para decir que alguien está muy borracho, pasado de copas y con la cabeza dando vueltas. La idea es que está tan maduro como una ciruela a punto de caerse del árbol, medio blandito y sin equilibrio. Es una forma graciosa y bastante gráfica de describir a alguien que ya se pasó varios tragos de la raya.
"Volvió del boliche tan ciruela que quiso pagar el taxi con la SUBE vencida y le dijo al tachero que lo llevara a Narnia porque su casa le quedaba de paso."