Se usa para decir que alguien está reventado, molido o pasando un momento físico bien duro, como si le doliera hasta la rabadilla. Es muy típica cuando uno queda destruido después de trabajar, montar a caballo, viajar en flota o hacer fuerza de más. Es una forma graciosa de quejarse del cansancio extremo, aunque uno esté medio sufriendo.

"Hermano, después de ese viaje en chiva por trocha quedé jodido de la rabadilla, mañana no me paro ni pa' ir a cobrar la quincena."

Tu cesta: 0,00 € (0 productos)
Imagen del producto

Tu Carrito de Magia

Tu carrito está vacío. ¡Adopta un Magikito!