Palabra bien cruceña para hablar del trueque de toda la vida, cuando se intercambian favores, productos o servicios sin meter plata de por medio. Un buen jocheo puede ir desde cambiar verduras de la huerta hasta ayudar con una mudanza. Es de esas costumbres que mantienen el barrio unido, y la verdad es que tiene su encanto.
"Ayer hicimos un jocheo con la vecina, ella me trajo yuca y queso fresco y yo le ayudé a desarmar todo el changarro de su puesto en el mercado."