En Galicia se dice que alguien está lecheando cuando se queda ido, mirando al infinito, como en su propio mundo paralelo. No escucha, no responde y parece que está leyendo un libro invisible o hablando con las musarañas. Es ese momento en que la cabeza se te va de paseo y el cuerpo se queda en la silla, muy digno él.
"Estábamos todos de risas en el bar y de repente María empezó a lechear mirando para la ventana, fijo que estaba montando una peli mental con meigas, pulpo y la lluvia cayendo a mares."