Se usa cuando alguien se entrega a la rumba con todo, sin frenos y con cero vergüenza, gozando al máximo entre música, tragos y baile. Es como perder la noción del tiempo porque la fiesta está demasiado buena. Suena a desmadre sabroso, de esos que luego se cuentan por partes al día siguiente.
"Pana, anoche nos fuimos en salsa en San Cristóbal, terminamos sudados, sin voz y cantando vallenato con el DJ a las seis de la mañana."