Se usa para decir que alguien va muy rápido, a una velocidad exagerada, casi descontrolada. Vale para cuando vas corriendo al curro, conduciendo como si cerraran el mundo o haciendo algo con una prisa absurda. Es una expresión bastante bruta y muy expresiva, de esas que sueltas sin pensar cuando todo va a mil por hora.
"Tú, Iker, baja el ritmo, que vas a toda hostia por la autopista y como te vea la Ertzaintza nos crujen a multas y nos quedamos sin pintxos del finde."