Se usa para hablar de alguien que se hace el importante, se cree la gran cosa o se monta una película en la cabeza, como si viviera en un palacio imaginario. Es esa persona que llega y actúa con aires de realeza sin que nadie le haya dado corona. Y hay que admitir que a veces da más risa que rabia.
"Mira a Luis, llegó tarde, no saludó a nadie y ahora se está haciendo el castillo con la botella ajena como si fuera el dueño de la rumba"