Se usa para vacilar a la gente que vuelve de un retiro de ayahuasca y de pronto se cree chamán iluminado. Es ese que no para de contar visiones, energías y despertares espirituales como si hubiera vivido mil vidas en una noche. Básicamente, es posar de experto místico cuando apenas ha probado la liana un par de veces, y da un poco de risa.
"Ya volvió el Juan del retiro en la selva y ahora se hace el ayahuasquero, habla de chakras, serpientes cósmicas y ni aguanta una ceremonia completa sin marearse todo."